Primer intento de Daidalos - por David Heger (1960), checo
19 abril 2024
- Tener sueños no es nada nuevo en mí y, seguramente, en casi toda aquella gente que conozco bien y son capaces de reconocerlo y de contármelo.
- Ana, no lo dice, pero le hubiera gustado tener un Restaurante de buena cocina para poder conseguir las máximas estrellas Michelín. (Las Estrellas Michelin son reconocimientos otorgados a los restaurantes y hoteles alrededor del mundo con una propuesta de cocina única y excepcional).
- A Leonor le hubiera gustado tener un marido sensato. (Murió de un atracón de comida, o eso dijeron, en un bar de mala nota en un viaje que hizo a Cuba).
- A la Loli (la barista más dicharachera y alegre de la Playa), le hubiera gustado tener un marido que no la dejara por la reina de Varietés del Tubo de Zaragoza y que, Antoine, su verdadero amor actual (hace años, ya), le diga de una puñetera vez que es su amor único y que se casará con ella aunque sea para darle derecho a cobrar la pensión de viudedad algún día.
- A Antoine (el amor de la Loli), le gustaría que el amor fuera como una caja de gominolas, es decir, bueno, no lo aclaro, creo que se entiende.
- A Leonardo (del Real Madrid hasta las heces), sus sueños son más drásticos, es decir, le pasa como a algunos países árabes con Israel, pero a él le pasa con el Barça, no le basta con que le vaya mal, lo que quiere es que desaparezca. Por cierto, a los del Barça, esta semana, no los hemos visto dejarse ver por ninguna parte.
- A mi amigo el Párroco, lo que le gusta soñar es que la gente deje de echar las ruidosas monedas en lugar de billetes en el platillo de la Misa de los fines de semana. Por cierto, que siendo como es él (el Párroco), no ha podido evitar soltarnos una cuartilla a cada uno con uno de sus bienaventurados y de sus "en verdad en verdad os digo" y, ah, lo hace porque sabe que no se lo tenemos en cuenta, está convencido de lo que intenta transmitirnos siempre que puede y nosotros nos dejamos querer: "En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos discípulos de Dios".
- Pero el sueño más bonito vino desde la voz de Gloria, la que el sábado se pone en la puerta de urgencias del Centro de Salud intentando captar clientes para MSF y los domingos se va de voluntaria a los comedores de Caritas a echar una mano. Durante la semana trabaja en el Hospital de enfermera de quirófano y hoy ha venido avernos saliendo de un doble turno de 24 horas. Gloria al preguntarle la Loli cual era o eran sus sueños nos dejó helados a todos cuando nos dijo: "Yo no tengo sueños y si alguna vez los tuve nunca se cumplieron. Mis padres me dieron en adopción en los 70 y ahora a mis cincuenta y nueve años, sin hijos, sin padres, sin muchos amigos, solo tengo una obsesión, quiero que Alberto, el hijo de una compañera del Hospital, que tiene ELA (a sus treinta y nueve años), quiero ayudarle a vivir y para ello me turno con su madre para darle un paseo de dos o tres horas cada día con la silla de ruedas por todo el barrio y a veces lo hacemos con un amigo taxista que tiene un vehículo especial para subir sillas de ruedas y lo llevamos a la Playa. Ese es mi sueño, ese y hacer feliz al máximo número de personas necesitadas".
- Bueno, perdonad esta licencia que me he dado hoy al recoger deseos y sueños de mis amigos que, una vez recopilados, pueden parecernos buenos, malos, aburridos o hasta incluso grandes provocadores de emociones como le ha pasado a la Loli y doña Leonor a las cuales se les han escapado algunas lágrimas cuando concluyó Gloria su relato.
- Es curioso ver como en una pequeña e insignificante parte del mundo llamado civilizado, seamos capaces de andar pidiendo o evocando sueños mientras más de la mitad del mundo anda matándose en estúpidas guerras, unos, y en la lucha por el poder personal, el resto.
- Ah, casi se me olvida, mi sueño y ahora más que nunca, siempre ha sido poder volar y con los ojos abiertos.
